Buscando hacer lo cierto, yo erré.
Erré, concupiscente de ilusiones.
Y mismo sin codicia o pretensiones,
erré en cada paso de mi pie.
Y antes de que tú me lo menciones,
no sé si es mala suerte o mala fe.
Si estoy errando ahora, mil perdones,
que errar en otro idioma es ofender.
Yo piso en las semillas pisos fuertes
que nublan los futuros más soleados
y abren las ventanas a la Muerte.
Yo yerro. Soy errante, soy errado.
Y hay algo que susurra y me lo advierte:
"Seguir errando así será tu fado".